Pesamos 10 gramos de sulfato de cobre.
Pesamos 2 gramos de arena.
Mezclamos la arena y el sulfato de cobre en un vaso de precipitados y posteriormente añadimos 150 mL de agua destilada. Agitamos con una varilla.
Filtramos la disolución para deshacernos de la arena.

Calentamos el resultado.
Dejamos que enfríe y lo pasamos a un bote de plástico cerrado.

Como no cristaliza lo pasamos a un cristalizador y finalmente pesamos el resultado.

Fundamento de la práctica
Es una técnica de purificación de substancias, utilizada cuando el compuesto a obtener es soluble en un disolvente caliente y poco soluble en el mismo frío. Para llevar a cabo su recristalización buscamos un disolvente que cumpla estas condiciones (agua destilada). La disolución resultante se filtra y se pone en un cristalizador para que se enfríe poco a poco. A medida que la temperatura desciende la disolución se va saturando y aparecen los primeros cristales de la sustancia.